Muchos consideran que el dinero fluye en la vida a partir de sus emociones.
Otros tienen rituales puntuales y emocionales para conquistar la abundancia.
En este artículo desarrollaremos la relación entre las emociones y las finanzas a la luz de la ciencia.
Las emociones son aquellas experiencias momentáneas, que el individuo vive de manera consiente generando así un alto grado de placer o por el contrario de desagrado. Son el resultado de estímulos con importante significado para cada persona, a nivel interno como externo. En algunos casos, las emociones provocan el aumento de la frecuencia cardiaca, se pueden sentir en el diafragma, en otros se manifiesta por el cambio en la piel al erizarse; también se experimenta la sensación de aumento o disminución de temperatura y en su mayoría de veces hay una intensa actividad mental. Las emociones son un factor fundamental debido a que impulsan a tomar acción.
Lo anterior tiene todo el sentido con respecto a las finanzas personales. Cuando hay estímulos que impactan las deudas, tus ahorros, los gastos y tus ingresos, entonces las emociones te pueden llevara tomar acciones favorables o por el contrario aquellas decisiones que con el tiempo te hacen arrepentir.
A diferencia de las emociones, los sentimientos son aquellas percepciones subjetivas que se mantienen al nivel de los pensamientos y de las reflexiones. Primero se siente y seguido a ello está la emoción. En relación con los estados de ánimo, éstos son menos intensos de las emociones, pero duran más tiempo. Forman parte de la personalidad.
Existen emociones básicas o otras secundarias y a mezclarlas se derivan muchas más. Aquellas emociones básicas son: ira, alegría tristeza, miedo, sorpresa, desdén.
En el Blog MEF vamos a desarrollar LAS 4 EMOCIONES QUE IMPACTAN TUS FINANZAS PERSONALES:
- Entusiasmo: Es aquella exaltación de ánimo producido por la admiración apasionada de alguien o algo y se revela en la manera en que se habla, el tono de voz, la expresión corporal. Cuando estamos entusiasmados vivimos una emoción totalmente positiva y eso es muy favorable, pero también es una alerta a la hora de manejar las finanzas personales. El entusiasmo hace parte del sistema cerebral límbico y cuando está en su máxima expresión, éste opaca el sistema cerebral neocortex encargado de tener los procesos racionales. Entonces en este breve momento, la emoción se sobrepone a la razón. Una persona súper entusiasmada puede estar en riesgo de realizar compras compulsivas, se encuentra en un estado en el cual no le ve problema a nada y el presupuesto hecho en casa pasa a un plano secundario.
Ejemplo de ello es el caso de Manuel. El recibió una llamada telefónica con la noticia de tener un préstamo pre-aprobado lo cual lo puso muy feliz y a pesar de que no tenía planes concretos para usar ese dinero, lo aceptó porque se sintió afortunado. Solo hasta que llegó la primer cuota del préstamo se permitió razonar sobre la tasa de interés y las condiciones que había aceptado con el crédito.
Las emociones del colectivo también influyen en la emoción individual. Cuando juega tu equipo favorito, cuando hay festividades que evocan entusiasmo como la navidad, el blackfriday, el día de las madres, el día de amor y amistad, el día de acción de gracias, las personas se involucran en un alto grado en esa atmósfera y son muy propensas a comprar más de lo habitual sin contemplar algún problema tangible.
- Recompensa: El sentido de la recompensa se activa principalmente en procesos de cierre de ciclos. El individuo siente el deseo de recompensar el esfuerzo durante el tiempo que está culminando. Al finalizar el día, la quincena, el mes, al cierre del semestre o del año, también cuando cumples años o cuando terminas una década para iniciar una nueva. Se trata también de un periodo corto de emoción pero que le resta espacio a la razón. Al entrenar personas mediante una Videollamada de Retroalimentación Financiera 360, he visto de primera mano, la cantidad de gastos innecesarios y hormiga que inciden en el presupuesto personal de muchos individuos, con el argumento de sentirse recompensados. Ahora pregunto: ¿Qué tal si se explora una forma diferente a las compras innecesarias para recompensar tu esfuerzo? Existen muchas maneras y otras más se pueden crear para tener recompensa.
- Depresión: Es una emoción que hace que la persona se sienta triste, sin ánimo, genera malestar interior. Hoy por hoy, muchas personas asocian el comprar algo como una buena terapia para levantar el ánimo. Y si bien es cierto, en algo ayuda, pero… ¿Hasta qué punto esto se convierte en un hábito financiero?. Definitivamente cuando el corazón está roto, la billetera también lo está. El comercio está lleno de mensajes como: si quieres estar bien, cómprate algo, consume algo, viaja, compra ropa, esto te hará sentir bien. Estar con una depresión, es una emoción que también deja de lado el importante trabajo de la razón. Cuando pasa la tristeza, es cuando llega la sorpresa de saber cuánto dinero destinaste para sobrellevar la depresión. Explorar nuevas estrategias para sentirte mejor, puede funcionar. Leer un buen libro, compartir con personas o abrazar a muchas personas, te harán sentir muy bien.
- Orgullo: Entendido como un exceso de estimación hacia uno mismo. Esta emoción provoca que la persona aparente algo puntual a alguien. Es querer lucir bien ante los demás. El sentido de adquirir cosas, comprometiendo su flujo de efectivo o endeudándose, con tal de sentirse aceptado por sus jefes, su familia, sus pares y no tener el riesgo de sentirse excluido de ciertos grupos, afecta en tus finanzas personales. Es real el caso de personas que adquirieron su vivienda en un estrato más alto, con el fin de sentirse al nivel económico de sus compañeros pero su nevera y alacena está completamente desocupada. También existen personas que han comprado el vehículo de alta gama para aparentar a otros pero al paso de los días, viven la realidad de no tener dinero ni para una gota de combustible y las cuotas comienzan a vencerse sin pago alguno.
¿Qué hacer para que las emociones no afecten las finanzas?
a. Monitorea tus emociones: 95% de nuestra vida, la vivimos en modo automático, cumpliendo la rutina diaria y muy pocas veces nos detenemos a pensar qué emoción estoy sintiendo en estos momentos. Para con cierta frecuencia y defínete a ti mismo la emoción que estás viviendo ahora. Ello te permite ser consciente de tus emociones.
b. Reconoce que estás vulnerable: El ser totalmente emocional tiene sus virtudes pero también sus retos. El sistema neocortex (cerebro racional) se estresa con facilidad y el sistema límbico (cerebro emocional) se adelanta y toma el control de las decisiones. Tener claro que te enfrentas a tomar una decisión financiera y que estás con demasiado nivel de emocionalidad, es reconocer que estás vulnerable para tomar decisiones basadas en la emoción y no en la razón. Parar y reconocer es muy saludable para tus finanzas personales.
c. Activa tu cerebro por medio de preguntas: El sistema Neocortex (cerebro racional) se activa mediante las preguntas. Antes de tomar una decisión financiera realiza las siguientes preguntas a ti mismo y por qué no a la persona que estás acompañando. ¿Realmente necesitas eso? ¿Validaste si puedes conseguir un mejor precio? ¿Comparaste con otras tasas de interés en el mercado? ¿Hay alguna posibilidad de tener el mismo producto en casa o uno semejante? ¿Qué tal si te tomas un tiempo y o vuelves a ver mañana?
Para terminar te quiero dejarte este Tip de oro:
Las decisiones financieras se toman con el CO-RAZÓN. Lo escribo así para resaltar que hay dos elementos fundamentales en esta palabra “co-razón”. El primero, la emoción y el segundo, la razón. Tener un equilibrio entre los dos es muy saludable para tus finanzas personales.
Con el Diagnóstico 360º podrás conocer en tan solo unos minutos, en cuánto influyen tus emociones sobre tus finanzas, accede aquí: https://www.jairoforero.com/diagnostico-360/
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